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PRIMERA

La primera siempre dicen que es la más difícil de empezar. Se huele el miedo al cambio. Alguien me dijo una vez que precisamente cuando ti...

domingo, 12 de noviembre de 2017

¿Que cuánto te quiero?

Cómo me preguntas que cuánto te he querido, si el amor cariño no tiene tiempo.
Es eterno y no entiende de calendarios. Con una semana me valió para conseguir lo que en su día me costó tres meses.
No se cuánto te quiero porque no se cómo debo medirlo... quizá por número de temblores por segundo o por número de veces que pienso en ti en un día...
Creo que más bien el problema está en que no se querer, no se lo que significa, no se definirlo y, a mi parecer, lo más importante, no se cómo lo defines tú.
Qué difícil entender cómo puede ser eso de que nos queramos sin saber lo que es querer. Vaya metáfora, me recuerda a la vida. Vivimos sin saber lo que es vivir.
Por cierto, tampoco se lo que es vivir, improviso, lo intento y cuando creo que lo he entendido llegas tú y vuelvo a no saber ni lo que es vivir, ni lo que es querer, ni lo que es entender.
Sólo se escribir, bueno, mejor dicho lo intento y ni eso lo llego a entender muy bien. Escribo sin saber lo que es escribir y quizá eso sea lo más certero de todo lo que os he contado.
Llegas tú y resulta que sí se escribir, pero sólo de ti y sigo sin saber lo que es vivir, ni querer, ni entender.
Qué utopía, con eso y con todo (o con nada) soy feliz contigo y sigo siendo feliz sin ti.
No se cómo medir cuánto te quiero pero sí se que me quiero mucho y nunca menos de lo que lo haré por ti.
Quizá para medir el amor basta con comparar lo que te quiero con lo que me quiero, pero aún así seguiría sin saber contestarte por que, como ya te he dicho, el amor no tiene tiempo y yo soy muy efímera, y muy inexacta, y muy real como para pensar en medir una sensación.

martes, 7 de noviembre de 2017

Arriesgarse

Cómo le tememos al riesgo, y eso que es tan intrínseco al ser humano como la sexualidad o el vivir en sociedad.
Sin arriesgarse a bajar del árbol, la especie humana no existiría.
Sin arriesgarse a adentrarse en otros lugares, las conexiones con fenicios, griegos o cartagineses no existirían.
Sin arriesgarse a juntar fuerzas porque juntos somos más, España hubiera sido simplemente Castilla y Aragón.
Sin arriesgarse a conquistar mundos desconocidos, no podríamos decir que pertenecemos a un estado en el que nunca se ponía el sol.
Sin arriesgarse a luchar contra la opresión, no podríamos decir que hemos dejado una dictadura atrás.
Sin arriesgarse a que pudieras nacer enfermo, tus padres nunca te hubieran tenido.
Sin arriesgarse a caer, nunca hubieras aprendido a andar en bici.
Sin arriesgarse a suspender, nunca hubieras conocido el orgullo que se siente al aprobar.
Sin arriesgarse a que pueda salir mal, nunca saldrá bien.
El riesgo es la base de la evolución, es la base de tu evolución.
Rompe tus esquemas, sal de tu caparazón. Verás como la vida puede estar pintada de otro color.
Yo siempre he creído que el mayor riesgo que asumimos en esta vida es ser felices, porque las caídas son peores, pero prefiero y siempre preferiré cinco minutos de gloria extrema que treinta de indiferencia.
Arriesgarse para estar en la cresta de la ola.
Arriesgar tu felicidad para ser todavía más feliz.
El triunfo está reservado a los valientes, la vida rutinaria e insulsa, a los cobardes y siento decirte que el riesgo marca la diferencia.